Una colección de abanicos con acento bilbaíno
Seguro que más de una vez has visto a una señora en el transporte público abanicándose con brío en plena oleada de calor. Quizás, también hayas recibido un pai-pai como regalo de los novios en alguna boda de verano. La reina Letizia llevó un abanico en las fotos oficiales de su enlace y las invitadas más elegantes lo utilizan siempre como un accesorio más. Ahora, en pleno mes de julio y con los termómetros marcando sus cuotas más altas en el norte, la población busca fórmulas para refrescarse en esta vorágine de mascarillas. Siempre asociados al bolso de nuestras abuelas o a los eventos de alto copete, los abanicos se generalizan gracias a firmas como Kausi, que pretenden recuperar la esencia de una artesanía ligada de raíz a nuestro país.
Cuenta una leyenda oriental que el origen del abanico se debe a la princesa Kau-Si, que durante la festividad de las antorchas se quitó el antifaz para abanicarse con él. De esta bonita historia nace el nombre de una marca que no ha tardado en convertirse en un caramelito para los amantes de la moda y el diseño. Lejos de centrarse en abanicos meramente funcionales, han hecho de sus colaboraciones con grandes firmas su punto de diferenciación. En su última colección cápsula, han contado con el 'savoir faire' de la firma textil Gastón y Daniela, una antiquísima casa bilbaína de reconocido prestigio a nivel nacional e internacional.